jueves, 7 de abril de 2016

EL FLUIR DE LA HISTORIA

Aunque occidente recibió la impronta de Aristóteles que era un gran partidario de la razón, también cobijó a defensores del lugar de la locura en el mundo. En La loca y el relato del crimen, Piglia (1999), desarrolla la trama a partir de una mujer indigente (una loca) que duerme tirada cerca de una estación de subtes mientras delira, repite sin cesar su nombre y relata en forma entrecortada e incoherente las claves del homicidio de una prostituta que tuvo lugar en la calle. El detective Emilio Renzi intuye que la gitana psicótica ha presenciado un homicidio y logra descifrar, valiéndose de la lingüística, los móviles del crimen. Se trata de una verdad enmascarada en la locura. Poe va aún más lejos al señalar que "La ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia". Efectivamente, tanto el error como la ausencia de razón pueden conducir a verdades científicas como la ley de gravedad a partir de la caída de una manzana. ¿No se trata de un disparate pensar que la materia es equivalente a la energía? Ese disparate hoy es una ley fundamental de la física. ¿Qué se puede pensar de una teoría que plantea que un objeto ocupa simultáneamente dos posiciones en el espacio y que sólo “colapsa” hacia una de las posibilidades al ser observado? (detectado) ¿Es milagro? ¿Es brujería? Hoy es el fundamento de la física quántica. Platón tenía la noción de que la “locura divina” (inspiración) requería recorrer una cierta regresión y empaparse de irracionalidad para encontrar contenidos nuevos, y se refería esta capacidad como un “regalo de los dioses”. Se trata, para los griegos de una voluntad por recorrer el camino entre el pensamiento racional y el irracional, de ida y de vuelta. Aquí reside, tal vez, la clave: la vuelta. El loco, parece haber tomado un viaje de ida, le falta el boleto de regreso.

La libertad de elección es otra de las condiciones que Aristóteles plantea en la praxis que parte de un proceso de boúlesis (deliberación) y proaíresis (libertad, liberación en el debate, elección libre) o decisión como precursores de la “voluntad” en tanto motivadora de la acción. Se trata de un deseo racional y una elección deliberada. Estas deliberaciones tienen lugar en, y a través del agón, reunión o asamblea en la que se debate. Es interesante que éste término –del cual deriva la palabra agonía- se puede traducir como angustia, suspensión, abandono, vergüenza, perplejidad, atontamiento, confusión y mistificación entre otros. Se trata de un estado de debate en el que las recetas o protocolos quedan en suspenso derivando en una cierta perplejidad. Según Aristóteles, no se delibera sobre todas las cosas. No se delibera sobre la salida del sol, sobre la voluntad de los vientos, sobre la sed de las lluvias, sobre los caprichos del azar o sobre la duración de la eternidad. Se delibera sobre cosas que podrían ocurrir gracias a la intervención humana.

Durante el siglo XVII, el cogito cartesiano afirma el poder ilimitado de la Razón para gobernar el mundo de los hombres: se inaugura el iluminismo. Se devalúa la idea de rey, Kant llama a asumir la mayoría de edad, a abandonar las culpas propias de su condición de inferioridad. Por cuanto la inferioridad implica la impotencia de los hombres para alcanzar conciencia de su propio ser sin dirección y sin amo a quien servir. Se impulsa la idea de la libertad humana para pensar, expresarse, trabajar, estudiar y crecer, y sus consignas son: libertad, igualdad, fraternidad, ¿propiedad privada? La propiedad privada es definida como sagrada e ilimitada. Esto es una muestra de la influencia de la burguesía que, al igual que los nobles, también eran propietarios de tierras, por lo tanto, defensores de la propiedad privada. Se liberan siervos. Cae la idea de Dios y de una verdad absoluta, así, NIetszche (2005) advierte:

Cada verdadera fe es infalible. Cumple con lo que la persona creyente espera encontrar en ella. Sin embargo, no ofrece el menor apoyo para el establecimiento de una verdad objetiva. Aquí los caminos de los hombres se dividen. Si deseas lograr paz mental y la felicidad, ten fe. Si quieres ser discípulo de la verdad, entonces busca.

Durante el siglo XVIII se produce una gran transformación tecnológica, económica y social, se termina con siglos trabajo manual y el uso de la tracción a sangre que se sustituyen por maquinaria para la fabricación industrial y el transporte de productos y pasajeros. La revolución industrial, cambia la naturaleza por la máquina y decreta la prescindibilidad de las bestias y de los humanos en tanto bestias –siervos y esclavos-. Sin embargo, estos cambios tienen lugar solo en los países industrializados, por lo que las diferencias sociales, pasan del campo intranacional al internacional. Esto genera tensiones que derivan en un conflicto bélico enorme, la primera guerra mundial. Tras la primera guerra mundial, se produce la caída de los imperios, dejan de existir los imperios alemán, ruso, austro-húngaro y otomano. El alemán y ruso pierden territorios, mientras que el astro-húngaro y otomano son disueltos. Las diferencias sociales se acentúan con el enriquecimiento de los industriales y comerciantes, al tiempo que se empobrecen los pequeños ahorristas, los retirados y los asalariados afectados por la inflación. Las mujeres adquieren un nuevo lugar en la sociedad y se vuelven indispensables en el campo, las fábricas, las oficinas, y las escuelas. Avanza el feminismo, y el derecho a voto es acordado en Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos, Turquía y Rusia, aunque no en Francia. Estos cambios sociales dan la impronta que signa la lucha política que sostendrán el liberalismo, el comunismo, y el fascismo a lo largo del siglo XX. El fascismo y el comunismo trataran de recrear los imperios y entronizarán líderes mágicos, mesiánicos, psicópatas, dispuestos a asesinar a millones sin titubear. Nuevamente surge la pregunta, ¿locura? No necesariamente, tal vez solo la pura racionalidad despojada de todo rastro de sensibilidad, de todo conocimiento afectivo, de aquella cualidad que Barthes denomina delicadeza, de aquello que añade un valor al acto cuando es realizado con toda sutileza. Lo que resta es brutalidad en estado puro. Ante esta manera brutal de habitar el imperio, territorio, espacio o casa, Guattari (1980), propone la sensibilidad: "Ethos es a la vez residencia y manera, patria y estilo". De flujos que suceden desde el conocimiento afectivo, del nivel de la sensibilidad inherente a la relación, bajo una percepción inmediata.

De la mano del liberalismo, se produce y reproduce la fantasía del igualitarismo iluminista: libros para todos, arte para todos, educación para todos. Como señalamiento de esta fantasía, Adrono (1985) hace una crítica de la industria del entretenimiento, de la comercialización del arte y de la uniformización totalizante de la cultura. La crítica apunta al núcleo del modelo liberal, a la producción en masa de contenidos, a la economización de la cultura. Esto implica poner en cuestión las nociones de genio, de creación, de originalidad y de autonomía. Algo inherente a los modos de producción que manipulan formas de subjetivación que someten al individuo al poder y a la totalidad del capital. Los productos de la industria cultural son constituidos de tal forma que niegan o incluso impiden cualquier tipo de capacidad imaginativa, de espontaneidad, de fantasía o cualquier otro tipo de pensar activo por parte del espectador. La constitución del público forma parte del sistema de la industria cultural. Los deseos espontáneos del público se convierten en un texto inconsciente. Para todos los consumidores hay algo previsto y cada consumidor debe dirigirse al catálogo de productos en masa que ha sido preparado para él.

Los consumidores de la industria cultural, señala Adorno, aparecen como marionetas del mercado, forman parte de estadísticas, de índices –IBOPE-, son contados, serializados, encarcelados en su engranaje. La paradoja es que a partir de la noción de libertad del iluminismo, la industria somete a los cuerpos, los domina y controla. Además los consumidores se someten sin resistencias porque la industria les ofrece lo que desean. Pero, eso que desean, a su vez, es instalado por la propia industria, con lo que se logra una perfecta recusividad constructiva: se implanta el fetiche, se produce, se ofrece y se consume. Esta función recursiva implica también a los que producen el contenido cultural que se encuentran sometidos igualmente al sistema. El protagonismo efímero (o no) de los cuerpos que pueblan los reality-shows, los documentales, los concursos de talentos, como the voice, conlleva la ilusión de la propia presencia del espectador y constituyen, por lo tanto, una identificación. Precisamente, la manipulación en la producción de subjetividad por medio de identificaciones es lo que Adorno denomina subjetivación. Además: “Lo que se resiste puede sobrevivir sólo en la medida en que se integra. Una vez registrado en sus diferencias por la industria cultural, forma ya parte de ésta como el reformador agrario del capitalismo”. Así, la imagen del Ché Guevara es asimilada al sistema por medio de la reproducción, por ejemplo, en camisetas.

¿Determinismo o libertad? Desde la teoría del reflejo, el materialismo engeliano plantea al hombre como materia pasiva, inerte (Engels, 1975). Para Sartre (1963), esto es irracional y asegura que el hombre está condenado a ser libre. Pero la libertad se pone en juego en la acción que, en la dimensión humana, solamente tiene sentido dentro de un proyecto. Para Sartre, la materia aporta la existencia, un antecedente de la esencia que el individuo construye a partir del proyecto. Lejos de un ser inerte o pasivo, Sartre plantea la praxis del individuo en el marco de la lucha. Argumenta que la dialéctica solo puede ser considerada como una totalización en curso. La totalización en tanto proceso se encuentra en la praxis. Así la noción de totalidad se conecta con la de totalización como proceso que es la que le otorga sentido a la experiencia humana. Así, Sartre (1967), argumenta: “…no es únicamente el peso de las cosas hechas y dichas, lo que disminuye cada vez más la libertad de decisión, sino también el peso de las cosas hechas y dichas en la medida en que los demás las toman y le construyen a uno una cierta personalidad. Es lo que, en la crítica de la razón dialéctica, denomino el aumento de lo práctico-inerte. Es decir, que todo lo que ha sido libre elección, se vuelve después un condicionamiento material, inerte.”

Las vanguardias se organizan subjetivamente para plantear una oposición al modelo de producción cultural y ponen en cuestión las bases estéticas del establishment. El artista de vanguardia como un revolucionario, se opone a la idea de obra de arte como mercancía, en cambio, plantea la obra como expresión de señalamiento crítico: arte desechable, arte callejero, arte despojado de las nociones estéticas de lo verdadero, lo bello y lo bueno. En ese momento surge noción de subjetividad flexible, como esa sensibilidad que permite tanto el reconocimiento del otro en su alteridad, como la propia subjetividad creada a partir de la mirada del otro (Rolnik, 2006). El problema, como señala Sartre, es que la relación entre individuos es siempre una relación conflictiva; el conflicto que se define en términos del Ser para los demás queda plasmado con toda su fuerza en la afirmación de Garcín: “El infierno es los otros” (Sartre, 1948). No hacen falta instrumentos de tortura ni un verdugo que los aplique. Basta con la mirada de los otros, y agrega Sartre,“aun si nadie nos ve, existimos para todas las conciencias y tenemos conciencia de existir para todas”. La lucha permanente entre los hombres se debe siempre y de manera exclusiva a la rareza o escasez de materia. En términos biológicos se podría pensar en la escasez de alimentos u oportunidades de apareamiento, para los colectivos se trata de recursos insuficientes para cubrir de manera adecuada las necesidades de su población. Pero para Sartre, la noción es más compleja, se trata de la relación con la alteridad. El extrañamiento con los colectivos ajenos, en términos de objetivación de la otredad que se materializa como indiferencia, hostilidad o violencia. Durante la década de 1960, las vanguardias experimentan un viraje desde la experimentación puramente estética a la experimentación política, al movimiento de masas. Se trata de un rechazo al modo de vida burgués en todas las esferas: la sexualidad, la alimentación, la educación y la vida comunitaria. Existe la creencia en una utopía totalizadora que propone prácticas estéticas que no buscan la autoprotección, sino envolver al otro, en los que la obra realizada entra en esa relación en tanto objeto de arte. Hay una crítica a los materiales de soporte de las obras, por ejemplo en lugar de telas para un cuadro, se usan materiales de desecho. Se abren interrogantes ¿Qué lugar ocupa el cuerpo del artista? ¿Existe separación entre el arte y la vida? ¿Cuál es la implicación del tiempo? ¿Hay arte en lo efímero? ¿Real o surreal?

Estos interrogantes, sumados a las contradicciones propias del modelo, ponen en crisis las certezas del capitalismo en todas las esferas: cultural, subjetiva, social, política y económica. Sin embargo, la respuesta del capitalismo es la de instrumentar exactamente lo que estos movimientos proponen en términos de subjetividad flexible: libertad de creación y experimentación. A partir de esto, lo que constituye una resistencias a la cocina burguesa, en términos rechazar el consumo de alimentos industrializados, se transforma en etiquetas de comida-light, bio, orgánica, carísima. Toda la inventiva puesta en juego para resistir los libretos y las recetas del capitalismo pasa a formar parte de los insumos para la generación de plusvalía. Se parece un tanto al personaje Magin Buu del manga japonés Dragon Ball que, a pesar de tener una personalidad infantil y juguetona, suele divertirse con la destrucción; además posee una técnica que le permite absorber a sus adversarios y utilizar sus capacidades (Toriyama, 2005). El capitalismo globalizado actual es neoliberal, cognitivo, cultural e informacional. Se produce el pasaje de las fuerzas de trabajo del proletariado a la instrumentación de las fuerzas de creación del cognitariado (Berardi, 2005). Se produce un corrimiento del modelo de producción de la aplicación del capital financiero destinado a la producción de mercancías para su aplicación a la construcción de conceptos. Estos conceptos son signos que se distribuyen por medio de la publicidad y de la cultura de masas. Las campañas publicitarias cumplen con la lógica señalada por Adorno en tanto facilitadoras de la identificación y fabricantes del deseo del consumidor. ¿Dónde quedan las decisiones libres, la proaíresis aritotélica?, de acuerdo a (Derrida, 1988): “Lo indecidible no es sólo la oscilación o la tensión entre dos decisiones. Indecidible es la experiencia de lo que siendo extranjero, heterogéneo con respecto al orden de lo calculable y de la regla, debe sin embargo (..) entregarse a una decisión imposible, teniendo en cuenta el derecho y la regla (...) Una decisión que no pasara la prueba de lo indecidible, no sería una decisión libre; sólo sería la aplicación programable o el desarrollo continuo de un proceso calculable.” El capitalismo parece ofrecer una infinita gama de alternativas, pero dentro de un conjunto finito opciones predeterminadas.

El paroxismo de la capacidad totalizante del modelo capitalista es la noción de prosumidor, que fusiona los términos productor y consumidor (Toffler, 1997). Se trata de una actividad que agrega valor –plusvalía- a un producto material, a un servicio, al conocimiento, etcétera. Esta tendencia a producir y consumir, es potenciada por el contexto tecnológico actual, en el que el desarrollo de la informática y de las redes de comunicación, permite tener mayor acceso a cualquier tipo de información, sin que las barreras geográficas sean un impedimento. El soporte informático impone un esqueleto binario que, en apariencia, ofrece múltiples posibilidades. Sin embargo, los diseños programados tienden a predisponer a los usuarios a estar en un estado de (s)elección permanente. Estas elecciones no pasan la prueba de lo indecidible, sino que refuerzan la disposición sobre el decidir entre un espectro limitado y pre-configurado por alguien más –programador, ley científica, partido, religión-. Uno de los mandamientos que plantea Rushkoff (2012) es: “Siempre podrás elegir ninguna de las opciones anteriores”. Y agrega: “En el plano digital todo se resume a decisiones. El medio está en sí orientado a lo discrecional. Y esto constantemente deja fuera cosas que no elegimos notar o documentar, y nos obliga a decidir incluso cuando no hay necesidad de hacerlo”. La fantasía húmeda de convertirse en el protagonista de su propio programa de entrevistas, de tutoría, de música, de aventuras está al alcance de una tablet, o incluso de un teléfono. Los jóvenes que se cuelgan de puentes o caminan por las cornisas en la cima de edificios muy elevados, viven la aventura –o mueren en el intento- de protagonizar la viralización de una entrada publicada en alguna de las redes sociales disponibles. Se trata del “Show del Yo” en su máxima expresión (Sibilia, 2008).

Sergio Otaño (2015)



BIBLIOGRAFÍA

Adorno, T., et al. (1985). Industria Cultural y Sociedad de Masas, Caracas: Monte Avila.

Berardi, F. (2005). Del intelectual orgánico a la formación del cognitariado, Revista Archipiélago Número 66.

Deleuze, G., Guattari, F. (1980). Mille plateaux. Capitalisme et schizo phrénie 2, París, Les Éditions de Minuit.

Derrida, J. (1988). Afterword: Toward an Ethics of Discussion, trad. Samuel Weber Limited Inc., Evanston: Northwestern UP.

Engels, F. (1975). Dialéctica de la naturaleza, Buenos Aires, Cartago.

Nietzsche F. (2005). Correspondencia I (Junio 1850 – Abril 1869), Editorial Trotta/Fundación Goethe.

Piglia, R. (1999). La Loca y el Relato del Crimen en Cuentos con Dos Rostros, México, D.F., UNAM.

Rolnik, S. (2006). Las claves del presente: La dictadura del paraíso (entrevista).

Rushkoff, D. (2012). Program or be Programmed: TEN COMMANDS FOR A DIGITAL AGE, OR Books.

Sartre J.P. (1948). A Puerta Cerrada, Editorial Losada.

Sartre J.P. (1963). Los Colectivos en Crítica de la Razón Dialéctica, Editorial Losada.

Sartre, J.P. (1967). Radio Canadá Dossier No. 12.

Sibilia, P. (2008). El Show del Yo en La Intimidad Como Espectáculo, Fondo de Cultura Económica.

Toffler, A. (1997). La Tercera Ola, Plaza & Janes.

Toriyama, A. (2005). Dragon Ball, Chapter 465, Volume 39.

sábado, 27 de julio de 2013

Confieso que he leido

"What's in a name? That which we call a rose
      by any other name would smell as sweet."
                  Romeo and Juliet, William Shakespeare

Cuando era chico, elegir un libro para leer de la biblioteca familiar no era una tarea sencilla. La colección ecléctica de ejemplares con la más amplia variedad de encuadernaciones, colores, tamaños, autores y temas, convertían la búsqueda de “ese” libro para leer, en una aventura de descubrimiento.

Las bibliotecas de casa, tenían algunas colecciones encuadernadas en cuero de Rusia y hojas tipo biblia con los extremos de las hojas doradas o plateadas y llamaba la atención mirar estos libros, tanto por la cubierta como por los destellos que reflejaban las hojas mientras estaban cerrados. Pero también estaban esos otros, muchos, libros muy humildes encuadernados en tapa blanda, algunos tantas veces leídos que estaban en una condición casi ruinosa. Entre estos últimos, estaba la colección completa de novelas policiales del séptimo círculo y numerosos libros de la editorial Losada que tenían cubre tapas de varios colores, según la colección a la que perteneciera, aunque la mayoría eran grises. También había unos libritos, algunos bastante deteriorados (eran muy viejos, de cuando mi papa era chico), de la colección Mas Allá que me gustaban porque tenían muchos cuentos cortos de ciencia ficción. Éstos, junto con las revistas Planeta y algunas Planète eran aquellos que hojeaba y leía con mayor frecuencia.

A los libros finos, les tenía bastante respeto y no los manipulaba mucho, con excepción de unos pocos, como el de las obras completas de García Lorca que me gustaba leerlo para memorizar los poemas, varios de los cuales aún hoy recuerdo. Otro libro fino que me llamaba la atención era uno bastante gordo en francés acerca de la revolución francesa. Lo interesante de ese libro era la cantidad de grabados que tenía sobre distintos momentos de la revolución, tales como la toma de la bastilla, las defenestraciones y la infame guillotina. Me valía de un diccionario para leer los epígrafes y algunos fragmentos.

Recuerdo también ese libro pequeño de tapa dura editado por el fondo de cultura económica “Cibernética y sociedad” de Norbert Wiener que me llevó a afirmar que de grande iba a ser un “cibernético”, algo no tan alejado de mi realidad profesional actual. O también los tomos de “La Doctrina Secreta” que, como el título invocaba, estaban llenos de términos y símbolos misteriosos.

El recorrido al azar y la ocasional hojeada de los volúmenes me había permitido conocer el terreno bastante bien y desarrollar un método de selección de lo grosero a lo sutil como indicaban los preceptos alquimistas, de los que también había libros, o de afuera hacia adentro. Comenzando por la tapa, continuando por el título y finalmente espiando el contenido. Había un libro perteneciente a la clase de los parias, los desamparados, esos libros de tapa blanda que soportaban estoicamente los embates de la lectura despreocupada, que hasta entonces había ignorado completamente. Además de la cubierta poco llamativa, el título era ambivalente, la mitad prometía la posibilidad de muchas historias, las que pueden tener lugar en el curso de cien años, pero la otra mitad le otorgaba el sello de desolación y abandono, de soledad.

Sin embargo, recuerdo haber leído el primer párrafo: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y caña brava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos.” Y recuerdo que continué leyendo renglón tras renglón y párrafo tras párrafo la sucesión de páginas del libro con el único intervalo de la cena y el sueño. Al día siguiente terminé de leerlo y en ese lapso había compartido “Cien Años de Soledad” con los Buendía. El dicho popular advierte “Nunca juzgues a un libro por su portada” a lo que podría agregar tampoco lo juzgues por su título. O, como señala Shakespeare, aquello a lo que llamamos Rosa conservará sus cualidades sin importar el nombre que le pongamos.

Sergio F. Otaño

sábado, 6 de abril de 2013

Balada del Boludo - Poema de Isidoro Blaisten

Por mirar el otoño
perdía el tren del verano.
Usaba el corazón en la corbata.
Se subía a una nube,
cuando todos bajaban.

Su madre le decía:
No mires las estrellas para abajo,
no mires la lluvia desde arriba.
No camines las calles con la cara,
no ensucies la camisa;
no lleves tu corazón bajo la lluvia, que se moja.
No des la espalda al llanto,
no vayas vestido de ventana,
no compres ningún tílburi en desuso.

Mirá tu primo el recto
que duerme por las noches.
Mirá tu primo el justo
que almuerza y se sonríe.
Mirá tu primo el probo
puso un banco en el cielo.

Tu cuñado el astuto
que ahora alquila la lluvia.
Tu otro primo el sagaz
que es gerente en la luna.

—Tienes razón, mamá —dijo el boludo
y se bebió una rosa.
—No seré más boludo—
y se bajó del viento.
—Seré astuto y zahorí—
y dio vuelta una estrella para abajo
y se metió en el subte
y quedaron las gaviotas.

Entonces vinieron los parientes ricos
y le dijeron:
—Eres pobre, pero ningún boludo.
Y el boludo fue ningún boludo
y quemaba en las plazas
las hojas que molestan en otoño.
Y llegó fin de mes.
Cobró su primer sueldo
y se compró cinco minutos de boludo.

Entonces vinieron las fuerzas vivas
y le dijeron:
—Has vuelto a ser boludo, boludo.
—Seguirás siendo el mismo boludo de siempre.
—Debes dejar de ser boludo, boludo.

Y medio boludo,
con esos cinco minutos de boludo,
dudaba entre ser ningún boludo
o seguir siendo boludo para siempre.
Dudaba como un boludo.
Y subió las escaleras para abajo,
hizo un hoyo en la tierra
miraba las estrellas.
La gente le pisaba la cabeza,
le gritaba boludo.
Y él seguía mirando
a través de los zapatos
como un boludo.

Entonces vino un alegre y le dijo:
—Boludo alegre.
Vino un pobre y le dijo:
—Pobre boludo.
Vino un triste y le dijo:
—Triste boludo.
Vino un pastor protestante y le dijo:
—Reverendo boludo.
Vino un cura católico y le dijo:
—Sacrosanto boludo.
Vino un rabino judío y le dijo:
—Judío boludo.
Vino su madre y le dijo:
—Hijo, no seas boludo.
Vino una mujer de ojos azules y le dijo:
—Te quiero.

sábado, 9 de febrero de 2013

Arte y Tecnologia en Honor a Nelson Mandela

En conmemoración del cincuentenario del encierro de Nelson Mandela, que tuvo lugar el 6 de Agosto de 1962 en la prisión de la isla de Robben, aproximadamente a siete kilómetros de Ciudad del Cabo: Al pié de la nota se encuentran las coordenadas de la ubicación de la prisión que es donde se erige la escultura.

La composición artística está compuesta de 50 (representan el cincuentenario) placas de acero de 10 metros de altura cada una, que representan las rejas de la prisión. Estas placas fueron diseñadas por medio de programas de CAD (diseño asistido por computadora) y la producción de las mismas se realizó por medio de un dispositivo láser controlado por un sistema informático o CAM (manufactura asistida por computadora).

Mas información sobre el autor y obra en el sitio Ver

Como señalamos antes, la escultura se encuentra en el mismo terreno en donde estaba la prisión, precisamente sobre el área donde estuvo la celda que alojó a Mandela por 27 largos años.

La composición artística permite que, en un punto específico de observación, la perspectiva de las columnas presente al observador la imagen de Nelson Mandela.

La obra fue realizada por el escultor Marco Cianfanelli, nacido en Johannesburgo en 1970 y graduado con la distinción en Bellas Artes, en la Universidad de Witwatersrand en 1992.

Localización Geográfica en Google Ver

martes, 18 de septiembre de 2012

Entrenamiento Mental

La comunidad científica y el sentido comun`concuerdan en que el ejercicio regular de las funciones superiores del cerebro ayudan a mantener la salud cognitiva.

Un medio ideal para entrenar el cerebro consiste en la pràctica regular de ejercicios y juegos que desafíen gradualmente nuestro intelecto.

A través de la práctica reglar podemos cuidar y mejorar nuestras habilidades cognitivas, y así, mejorar nuestra calidad de vida.

El Ahorcado pertenece a la categoría de juegos apropiados para desarrollar habilidades lingüísticas, aprender nuevos términos y facilitar su memorización. Por esta razón, el Ahorcado se emplea asiduamente en la enseñanza de idiomas.

Versión On Line

Para jugar On-Line haga clic en la imagen que sigue.

Puede bajar el programa a su PC en el siguiente enlace:

¡Bajarel Programa!

Mini Manual

El programa Ahorcado requiere Java!

Se puede usar de 2 formas: Empaquetado (archivo jar) o Con los archivos en una carpeta de la PC.

1 - Empaquetado el el archivo horca.jar

Para ejecutar se usa: java -jar horca.jar

Sin parámetro usa el archivo predeterminado sports.txt.

java -jar horca.jar

Ejemplo: java -jar horca.jar electronics.txt (abre el archivo electronics.txt)

Si el archivo está dentro de horca.jar lo abre, en caso contrario deja de funcionar.

El archivo AhorcadoJar.bat permite ejecutarlo con el ratón. Puede modificarlo con el editor de textos.

Dentro de horca.jar hay 5 archivos de ejemplo: animals.txt, caracter.txt, electronics.txt, music-styles.txt y sports.txt.

Para agregarle archivos: jar uf horca.jar miarchivo.txt

Para ver el contenido: jar tf horca.jar

2 - Desempaquetado en una carpeta de la PC

Antes de usar esta opción debe extraer los archivos.

Para extraer los archivos: jar xf horca.jar

Para ejecutar se usa:

java Ahorcado o java Ahorcado

Ejemplo: java Ahorcado electronics.txt (abre el archivo electronics.txt)

Observe que la A de Ahorcado debe ir con MAYUSCULAS (reclamen a SUN). :P

El archivo Ahorcado.bat permite ejecutarlo con el ratón. Puede modificarlo con el editor de textos.

Para agregarle archivos, simplemente los carga en la carpeta img.

Los archivos deben contener una lista como la que se ve en el siguiente fragmento (music-styles.txt):


pop/rock
teen
diva
new-wave
synth
late-eighties
fifties
sixties
bubblegum
trip-hop
euro-pop
dance
classic rock
classic hard
punk


Fin

sábado, 15 de septiembre de 2012

Creá tu Propio Circuito de Entrenamiento en Internet

En estos sitios web online podemos diseñar los circuitos por donde corremos y así extraer información como la distancia, consumo de calorías o exportar los recorridos a través de GPS en formato GPX.

También se pueden construir historiales de tiempos y consumos en un mismo circuito para mejorar el seguimiento de los entrenamientos. Todo esto gracias a la posibilidad de poder utilizar los mashups de Google Maps.

jueves, 7 de julio de 2011

Revista Planeta

De chico siempre sentí curiosidad por esas revistas que tenían en la tapa caras de piedra y colores aguados, me gustaba hojearlas y leer fragmentos de ellas. Esas revistas que mis padres atesoraban en la biblioteca de la casa de Somisa, se han perdido en la distancia, pero las recuerdo como si recién las hubiera tenido en mis manos.


Seguramente, mis padres durante su juventud en la década de 1960 habrán encontrado un mundo de interrogantes en las páginas de esta revista, habrán explorado simbólicamente territorios desconocidos y misteriosos. En esos años no existía Internet, ni las computadoras personales y la exploración espacial estaba en sus comienzos.

Todas las Tapas y el Indice AQUI

Hoy, en el siglo XXI, la humanidad ha dado saltos significativos en el campo tectnológico y se han descartó muchas de las hipótesis que se desplegaban en las páginas de la Revista Planeta. Sin embargo, los interrogantes básicos aún persisten, por eso es interesante rescatar el lugar desde donde se formulaban estas ideas que en esos años generaron tantas controversias.

El prefacio del libro "El Retorno de los Brujos" nos da una pista del recorrido que llevó a Powels a la definición del Realismo Fantástico:

“Salía de Gurdjieff. Una amistad muy viva me ató a André Bretón. Éste me hizo conocer a René Alleau, historiador de la alquimia. Un día que estaba buscando un vulgarizador científico, para una colección de obras de actualidad, Alleau me presentó a Bergier. Se trataba de un trabajo alimenticio, y yo hacía poco caso de la ciencia, vulgarizada o no. Sin embargo, este encuentro fortuito debía ordenar mi vida por un largo período de tiempo, agrupar y orientar todas las grandes influencias intelectuales o espirituales que yo había experimentado, desde Vivekananda a Guénon, desde Guénon a Gurdjieff, desde Gurdjieff a Bretón, y volverme, en mi edad madura, al punto de partida: mi padre.

En cinco años de estudio y de reflexiones, en el curso de los cuales nuestros dos espíritus, bastante diferentes, se sintieron constantemente felices de hallarse juntos, creo que descubrimos un punto de vista nuevo y rico en posibilidades. Es lo mismo que hicieron, a su manera, los surrealistas de hace treinta años. Pero, a diferencia de ellos, nosotros no hemos ido a rebuscar del lado del sueño y de la infraconciencia, sino en el otro extremo: del lado de la ultraconciencia y de la vigilia superior. Hemos bautizado así la escuela que hemos creado: escuela del realismo fantástico. No debe verse en ella la menor afición a lo insólito, al exotismo intelectual, a lo barroco, ni a lo pintoresco. «El viajero cayó muerto, herido por lo pintoresco», dice Max Jacob. No buscamos el extrañamiento. No investigamos los lejanos suburbios de la realidad; por el contrario, tratamos de instalarnos en el centro. Pensamos que la inteligencia, por poco agudizada que esté, descubre lo fantástico en el corazón mismo de la realidad. Algo fantástico que no invita a la evasión, sino, por el contrario, a una más profunda adhesión.”

Que tengan un gran día,

Sergio Otaño